viernes, 7 de octubre de 2011

Lecciones empresariales de Steve Jobs



Desde que se conoció el fallecimiento de Jobs, toda la web se ha poblado de homenajes y esquelas recordándolo como el innovador que fue. Incluso, los periódicos económicos le han dedicado páginas al hombre que rescató a Apple de una muerte casi anunciada y la llevó a ser la primera empresa por capitalización bursátil del parquet neoyorquino, en dura pugna con la petrolera Exxon.
Se han escrito auténticos ríos de tinta sobre su capacidad para soñar, su perfeccionismo patológico y hasta de su irascible carácter. Sin embargo, no se ha dicho mucho sobre su estilo de dirección empresarial.
Ante todo, Jobs era un empresario emprendedor. Es decir, no era sólo alguien que arriesga dinero en una empresa. Tampoco era alguien que gestiona empresas sin comprometer su capital. Era las dos cosas. Era capaz de tener ideas y de llevarlas a cabo, comprometiéndose personalmente y gestionando los recursos necesarios de la mejor manera posible. Por lo que se cuenta de él, no debía ser fácil trabajar a su lado. Los perfeccionistas exigen lo mejor de todos en todo momento, también de si mismo. Pero es innegable que desde el principio ha sabido rodearse de gente con tanto talento como él mismo. Y, ojo, gestionar tanto ego no es nada fácil.

FUENTE: FAQ-MAC

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